Pero van sin bolsas.
Esto decía el taxista de Granada, cuando le advertí, de que
en Granada no había síntomas de la crisis, dado el alto nivel de turismo en la
ciudad, algo que ocupa, autobuses, taxis, restaurantes, y demás lugares para
visitar en la ciudad de la Alhambra.
Ha sido un puente de tres días, y como siempre, una
incomodidad no recomendable para nadie, ya que todos vamos a golpe de corneta,
los mismos días y a las mismas horas, pero en este pueblo del sur de Europa,
somos así de ceporrillos, capaces de pagar el triple por una habitación de
hotel, porque es puente, de hacer cola para comer, de no poder sentarte en
ninguna parte, e incluso de quedarte sin visitar la Alhambra por no quedar
entradas, eso sí, después de hacer una verdadera longaniza de kilómetros, y haberte
dejado la pasta por toda la ciudad y parking públicos, y esperando suerte para
que no te haya pillado un radar en la carretera y te aparezca otro atraco de
cien euracos.
Pero lo mejor de todo, es cuando me lamento
frente a la vendedora de entradas en taquilla, y le digo que he tenido que
hacer 500 km para poder fotografiar el patio de los leones por la noche, y que ahora
me tengo que volver sin hacerlo; a lo que me contesta con una amplia sonrisa
aprendida, que eso no le extraña, que vienen de más lejos, incluso de la China.