Puente Vasco de Gama, ingeniería portuguesa 17 Km de longitud
De vuelta a España y llegando a la zona fronteriza, iba teniendo una extraña sensación, una sensación de tristeza, de mal augurio por España, realmente no me apetecía volver, algo que siempre me apeteció al regresar de otros países, quizás por la comodidad del idioma, de la moneda, de las costumbres, o posiblemente por un poco de todo.


Pero lo cierto es, que nuestros políticos y periodistas nada nos cuentan de su realidad, una realidad bien distinta de la española, una realidad que me ha sorprendido, donde puede sentirse perfectamente un nivel de civismo, educación, comportamiento, y un saber vivir sosegadamente cada momento, muy por encima de lo que sabemos hacer en España.



Lisboa es una ciudad gigantesca, (casi 2.400.000 habitantes),pero radiante, bonita y bien distribuida urbanísticamente, con una considerable densidad de automoción, tanto de coches particulares como de su abultado y gran servicio de transportes públicos, donde se puede elegir, taxis, autobuses, metros, modernos tranvías, e incluso sus históricos y bien conservados tranvías de madera. Todo esto me recuerda a la sensación que hace muchos años me produjo el ver circular simultáneamente en Ámsterdam a todos estos tipos de vehículos sin problema alguno, sabiendo cada uno de ellos cuando debía o no de pasar, sabiendo cuando tenía o no que ceder el paso, incluyendo las bicicletas; en aquel momento pensé que todo eso solo era posible en lugares del norte de Europa, donde todo civismo se da por hecho, pero no, resulta que aquí en el sur también ocurre, ocurre en Lisboa, su tráfico rueda de manera fluida, y lo hace solo por el saber hacer, por saber comportarse, por saber cuando uno tiene que ceder o no, y por supuesto sin la presencia de marciales policías de tráfico, al menos yo no lo vi, no, en Lisboa todos parecen saber qué es lo que se debe hacer y lo hacen, si los pitos de los coches gastaran gasolina, habría que cerrar las petroleras; es increíble, una metrópolis tan grande, densa y silenciosa a la vez.

Los portugueses siguen siendo educados,(como lo fuimos nosotros),siguen siendo amables (como lo fuimos nosotros), siguen siendo respetuosos,(como lo fuimos nosotros), siguen siendo solidarios,(como lo fuimos nosotros), ¿qué ha pasado aquí?, ¿cómo nos han envenenado de esta manera?.
