Todos sabemos que hay un momento muy importante en nuestras
vidas, el momento de pasar una entrevista de trabajo, incluso hay gente
especializada que te prepara para ello, algo por lo que incluso estamos
dispuestos a pagar.
Pero pocas veces no detenemos en darnos cuentas, que estas
"entrevistas", las pasamos cada día, cada día se nos evalúa, se nos
aprueba o se nos suspende; cuando se nos aprueba sentimos la felicidad, y si
nos dan una nota alta, entonces sentimos la gloria, pero por lo general, ese
examen diario es mucho más exigente que el de la entrevista de trabajo,
generalmente, si se pasa, se pasa con la nota mínima, por eso tenemos tantos
"conocidos", y tan poco buenos amigos.
A lo largo de la vida, hemos tenido muchos de estos
suspensos, y en estos, ni tan siquiera te dan la opción del examen de
septiembre, porque no existe un protocolo previsto para ello, aquí las
decisiones son absolutistas, despiadadas, carentes de generosidad; se pasa, o
no se pasa, sin derecho a explicación, somos unos verdaderos dictadores, y
rozamos en la tiranía con quien no nos gusta.
Pero hay un escenario mucho más interesante dentro de este
mecanismo selector, y del que pueden "saltar chispas", cuando el
examen es mutuo y preparado el encuentro con antelación, entre dos personas que
nunca antes se vieron. Es como estar en medio de un cuadrilátero, muy bien
iluminado y definido, con unos focos muy potentes, donde nada se perderá de
vista, cada movimiento será estudiado por el rival, cada mirada, cada
pensamiento, cada palabra......Y como resultado, podría salir el más estrepitoso
y doloroso de los resultados, acabando en caos, para uno o el otro, o quizás para
los dos; pero también puede salir el mejor de los resultados, ¡el triunfo!, el
más grande, ese que roza el cielo y las estrellas, y ese solo puede ser uno y
solo uno, el que acaba compartido por los dos, ¡el hombre y la mujer!.
pero como dices en la mirada, en una entrevista o en una cita con una mirada se pueden decir mucho, cosas que no se pueden explicar con palabras, decepción, encanto, no hace falta decir más, lo demás es puro tamite. Ana
ResponderEliminarLLevas razón, Ana. Gracias por tu aportación
EliminarPensado así da un poco de miedo...como el estreno de una obra de teatro....pero tienes mucha razón!!. Muy bonitas tus palabras, como siempre :)
ResponderEliminarGracias, Amparo, esto solo es detenerse en las pequeñas grandes cosas.
ResponderEliminarMe encanto.....como siempre......son siempre buenos SAlva.....te felicito.....un abrazo !!
ResponderEliminarGracias Stella. Un abrazo.
EliminarEse es el riesgo de una cita a ciegas.Se fantasea tanto, se preparan tanto los detalles para que todo salga según lo imaginado, que la realidad nunca está a la altura de nuestras espectativas, y aquí también el suspenso puede que no tenga la oportunidad de Septiembre. Eres un prestidigitador de las palabras.¡Muy bueno! -R-
ResponderEliminar-R-, hay que ser optimista y confiar en salir del primer examen, sobre todo cuando previamente se preparó bien. Gracias,eres un cielo. Bss
EliminarHay que ser uno mismo y arriesgarse SIEMPRE. Pero sobre todo vivir el momento, relajarse y disfrutar. Sara.
ResponderEliminarSara, eso que dices es una aplastante verdad, al menos nuestra verdad.
ResponderEliminarMe hiciste recordar ...
ResponderEliminarYo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas.
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Tú eres tú y yo soy yo.
Y si por casualidad nos encontramos, es hermoso.
Si no, no puede remediarse.
Fritz Perls